Según el doctor, sufrí un traumatismo craneoencefálico seguido de un derrame cerebral en el accidente, y por poco no lo cuento. Me comentó que es normal que no recuerde nada, y que no me preocupe, poco a poco recuperaré los recuerdos. Hace unas dos horas que estoy en mi cuarto, y no soy capaz de recordar nada de nada. He encendido como 3 veces el ordenador, a ver si recordaba algo. La tele, la Play, he dado vueltas en la silla con ruedas, pero nada de nada. Incluso me asomé a la ventana, a ver si captaba algo, pero nada de nada. El vecino de enfrente tenía la persiana echada, y no había nadie en la calle. Escuchaba canciones en el MP4, y aunque alguna la recordaba, no llegaban a 5. Segun parece, unos "amigos" están por llegar, a ver que tal estoy, pero se han retrasado un poco, y no se, me aburro.- Pedro, ya vienen los chicos
- A mi madre si la recordaba, pero no a mi padre, y eso me mosqueaba - Voy a abrirles...
- Vale
- Me tiré en la cama -- El mismo Pedro que viste y calza. ¡Quien te ha visto estos 2 meses y quien te ve ahora!
Un tipo musculosillo/gordillo y un chaval algo deprimido - ¿Que, como te encuentras?
- Bueno, a decir verdad... No es por ser descortés, pero no tengo ni puta idea de quienes sois, asique imagínate.
- Vaya, antes eras mas ingenioso...
- Volvió a hablar el gordo - ¿En serio que no te acuerdas de ninguno? Mírame bien, el perfil bueno... ¿nada?
- Nanai
- Te vamos a llevar con los demás, a ver si te acuerdas de alguien, ¿vale?
Estábamos en la plaza del pueblo. Otra cosa que recuerdo. Un grupito esperaba sentado en la playa, contando chistes malos que se oían desde lejos. Miraba bien, y de primeras no recordaba a nadie. A medida que me acercaba, las caras iban tornando de aburrimiento a felicidad y/o temor. Una chica se lanzó a mis brazos, y empezó a besarme la frente, como si la vida le fuera en ello.- ¡Dios Pedro! ¡¡PEdrooo!! Menos mal que estás aqui
- No paraba, no se despegaba ni con agua hirviendo la colega - Di, venga, ¿como estás?
- Bueno...
- Otras dos chicas vinieron y me abrazaron con mucha fuerza - Ahora mismo, muy guay, con tantas féminas a mi alrededor...
- ¡Bobo! En serio. Siento que Talía no esté, tenía que hacer cosas en la panadería, pero bueno... después la verás, ¿no?
- Em, ¿Talía?...
- Les dije que no se acordaría, se los dije el dia del hospital...
- El triste de antes había hecho acto de presencia - Pero bueno, supongo que ahora tocan las presentaciones.
- ¡Cierto! Bueno, yo soy Yaisa, novia de Fran (el que tiene cara de muerto, si, ése), ellas son Raquel y Sandra. Este personaje tan corpulento es Manu.
- El susodicho hizo un gesto de demostración de músculos - Y éste es Mario...
- ¿Mario?
- Vagamente, recordaba algo de una fiesta, de unos carnavales - Vale... Algo recuerdo de ti. Creo que te jodí un ligue en carnavales, ¿me equivoco?
-
Eres un cabrón, te acuerdas de lo peor
- Todos se comenzaron a reir a carcajada limpia - Si, era yo.
- ¡Se ha acordado de algo! Vivaaaaa
- Creo que se llamaba Manu... ¿no? -El viajecito no ha sido en balde, ¿eh Fran?
- Supongo...
Ya había caído la noche, y mi comunidad de noche es realmente siniestra. Había convencido a los demás de que conocía el camino de regreso a casa y, aunque tardé un poco en llegar, llegué. Recordaba este sitio, y recordaba el edificio donde vivía. Poco a poco, ¿eh? De repente, oí pasos detrás mía. Justo fue darme la vuelta y recibir un beso. Eso... eso no era un beso: era el beso: largo, cálido, apasionado pero tranquilo, sosegado. Las salivas se entremezclaban al ritmo de las lenguas, y era una melodía perfecta la que sonaba. Quise no soltarme de ese beso, quise no recordar nada y entregarme a ese beso para siempre...
