Robredo da el gran campanazo ante Federer

Tommy Robredo se clasificó por primera vez en su carrera para los cuartos de final del US Open después de derrotar, también por primera vez en diez duelos, a Roger Federer. El exnúmero uno del mundo y pentacampeón del torneo se vio claramente superado en tres mangas por el español, que espera a Rafa Nadal.

Tommy Robredo llegaba por octava vez a los octavos de final del US Open con la intención de superar esa barrera hasta la fecha inexpugnable. La misma que le había hecho estrellarse diez veces contra un muro -tenístico y mental- llamado Roger Federer. El de Hostalric dio rienda suelta a su buen momento de forma y firmó una victoria histórica con un marcador de 7-6(3), 6-3 y 6-4 tras dos horas y veinticinco minutos de juego en un duelo disputado en una Louis Armstrong que acabó rendido a la superioridad del español.

Tommy arrancó el duelo dejando claras sus intenciones. Sorprendió al rival rompiendo su servicio en el juego inicial y aguardó en el fondo de pista las embestidas de Federer, que por momentos dio la sensación de forzar la maquinaria con continuas subidas a la cinta. El buen hacer del catalán, que demostró tener uno de los reveses más bonitos del circuito, le permitieron lograr un segundo break que le ofreció la posibilidad de sacar para cerrar la primera manga. Viéndose contra las cuerdas, Roger tuvo que apelar a su mejor versión para recuperar la desventaja y forzar la muerte súbita. Pero Robredo no estaba por la labor de dejar pasar una oportunidad única. Esperó su momento (3-3), firmó los últimos cinco puntos del tie-break y cerró el set con un saque directo.

El Expreso suizo puso una marcha de más al partido, pero Robredo no se amilanó sino todo lo contrario. Tras salvar un 15-40 en el juego inicial y dos bolas de break más en su segundo servicio, se vino arriba y pasío de dominado a dominador en el fondo de la pista. Sus derechas ajustadas, sus reveses cruzados, sus contrapiés y sus cambios de velocidad desorientaron a un Federer que buscaba la mirada cómplice de Paul Annacone en la grada. Llegó el momento caliente del set y Robredo puso la puntilla con una ruptura en el siempre clave octavo juego que, de nuevo, le permitía tener la opción de cerrar el set al servicio. El español levantó un 15-40, lidió con los incómodos gritos de aliento a su rival en la grada y pudo cerrar el puño en señal de victoria cuando mandó el segundo set a su casillero.

Pésimo bagaje de Federer en bolas de ruptura
Sabía que no iba a ser fácil cerrar el partido y que iba a tener que jugar ese otro partido, el mental, que siempre hay que afrontar ante un exnúmero uno del mundo como Federer. El suizo intentó la reacción tirándose a la red, donde se vio superado por un Robredo que pareció por momentos el fantasma de Rafa Nadal, y con puntos rápidos y directos evitando el desgaste, ya de por sí excesivo. Su escaso bagaje con las bolas de break (2/16, 18% de efectividad) ayudó a Tommy a crecerse. El catalán fue de menos a más en el set, rompió en blanco el saque del suizo en el siempre clave octavo juego y no dio un solo paso atrás hasta que vio cerrado el partido.

"Tenía el gusanillo de haber jugado muchas veces con el mejor tenista de la historia y no haberle ganado nunca. Estoy súper contento de haberlo conseguido, más aún en un escenario como el US Open. Creo que la diferencia ha sido, sobre todo, en las bolas de break. Él no las ha aprovechado y yo sí. El tenis muchas veces son pequeños detalles y en este caso han caído de mi lado", señalaba el ganador aún a pie de pista.

Robredo ya ha superado sus límites, sus miedos, sus cocos. Ahora quiere seguir disfrutando y creciendo. Después de la tormenta que supusieron las lesiones que se cruzaron en su camino, llegó el trabajo, el esfuerzo y el tesón por verse de nuevo entre los grandes. Hace apenas un año estaba jugando un Challenger en Sevilla con la intención de sumar puntos (llegó a ocupar el puesto 471 de la clasificación) y acumular horas en pista. Hoy, número 22 del ranking ATP, ha firmado probablemente la victoria más importante de su carrera. El próximo escollo que tendrá en Flushing Meadows llevará por nombre Rafa Nadal, a quien tampoco ha ganado nunca en los seis precedentes entre ambos. El billete para semifinales estará en juego.